DEPORTE Y VIDA
Después de más de 25 años de dedicarme profesionalmente a mejorar la condición física y la salud de las personas, observé como la motivación principal de muchas de ellas era sanar algunos aspectos de sus vidas a través de la práctica del deporte. Desajustes en la alimentación, por ejemplo, y el consiguiente exceso o falta de peso, en muchos casos obedecían a desequilibrios emocionales: convertir el comer en un acto para tapar la ansiedad que produce una vida a la que le falta sentido, conlleva, tanto abusar de la comida, como a matarse literalmente de hambre. Machacarse el cuerpo sin tregua, era síntoma de auto castigo o necesidad de demostrar valía o poder personal cuando la autoestima estaba mermada…
No sé exactamente si fue por esto que sentí la necesidad de acompañar a las personas a buscar la causa de su malestar, a trabajar sobre el síntoma que claramente podía percibirse en sus conductas.
Hoy me sigo considerando un entrenador personal en el sentido más amplio de la palabra, ya que cuerpo, mente y espíritu están en estrecha relación y se equilibran en su conjunto. Mi visión ya no es analítica en el sentido en que me centro en mejorar el rendimiento deportivo, sino que trabajo sobre aquellos aspectos de la personalidad (me gusta decir del Ser) que hacen que una persona no disfrute de una forma saludable, tanto de practicar deporte, como de ser madre o padre, por ejemplo. Personas con actitud apática, con tristeza crónica y tendencia a la depresión, con ansiedad, soberbia, ira, agresividad…todo, o casi todo, puede ser reconducido simplemente con entendimiento.
Es muy gratificante cuando podemos llegar a poner luz en el inconsciente, donde hasta ese momento solo habitaban las sombras. En muchos casos se produce el efecto “despertar de la consciencia” y la persona empieza a descubrir que la vida por fin tiene sentido, que puede ir saliendo poco a poco del túnel y empezar a ordenar y a priorizar en base a lo que siente; empieza un trabajo de coherencia con uno mismo, de paz interior, de expansión, de felicidad…
Existe una transferencia directa a la vida de lo que inspira y de lo que se aprende en el deporte.
El deporte me ha traído hasta aquí para que comparta mi conocimiento y acompañe a las personas en su transitar por la vida, sin jerarquías, sin querer saber más que ellas, solo estando a su lado y cuestionando sus razonamientos automáticos (creencias) que les impiden evolucionar y avanzar con alegría y bienestar emocional.
Oscar Oliver
Coach en Bunkay
